Lo cierto es que, más allá de su aporte teórico, estas ideas pioneras de Kant y Laplace carecÃan de las imprescindibles evidencias observacionales: nadie habÃa visto un solo sistema planetario de carne y hueso en plena formación. Para eso, hubo que esperar más de dos siglos.
El emblemático caso de Beta Pictoris fue seguido por muchÃsimos otros hasta nuestros dÃas, incluyendo los “discos protoplanetarios†observados por el Telescopio Espacial Hubble en las entrañas de la famosa Nebulosa de Orión, una colosal fábrica de estrellas a 1500 años luz de aquÃ. Todas esas observaciones directas, sumadas a nuevos modelos astrofÃsicos, y simulaciones por computadora permitieron entender cómo nacen los sistemas planetarios. Y cómo nació el nuestro, por supuesto.
La radiación y el “viento solar†(una corriente de partÃculas que el Sol emite en todas direcciones) de la joven estrella soplaron hacia fuera a los materiales más livianos, esencialmente el hidrógeno y el helio. Y fueron justamente esos gases lo que iban a formar a los planetas externos del Sistema Solar. Sobre este punto los astrónomos no están completamente de acuerdo. Más bien proponen dos modelos diferentes para explicar el origen de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. El primero dice que estas moles planetarias se gestaron a partir de núcleos sólidos (de polvo y hielo) que fueron atrayendo progresivamente el abundante hidrógeno y helio que habÃa a su alrededor. La otra explicación plantea un proceso más rápido, que prescinde de los núcleos sólidos iniciales, para plantear, directamente, un escenario de veloz contracción de los gases, hasta formar aquellos enormes mundos (que, de todos modos, esconden núcleos sólidos).
Una masa de gas y polvo que colapsó hace 5000 millones de años, forjando en su centro masivo y caliente una estrella. Y a su alrededor, un tendal de materiales, diferenciados según las distancias, que fueron dando origen a planetas rocoso-metálicos, asteroides, enormes planetas gaseosos y una multitud de pequeñas bolas de hielo. Asà nació el Sistema Solar. Asà comenzó su historia. Una historia más, entre tantÃsimas otras historias posibles de estrellas y planetas, que existieron, existen o existirán alguna vez.
Recuadro escribió:
La máquina solar
Nuestro Sol es una “máquina gravitatoria†que funciona sin parar, desde el mismo momento de su nacimiento, hace casi cinco mil millones de años. Y para nuestra tranquilidad, seguirá funcionando perfectamente otros seis mil millones de años. Como todas las estrellas, el Sol es una enorme bola de gas, principalmente hidrógeno, a altÃsimas temperaturas y presiones. Y el secreto de su funcionamiento está en su núcleo, un gigantesco horno nuclear a 15 millones de grados que, cada segundo, convierte cientos de millones de toneladas de hidrógeno en helio. Esa transformación libera inmensas cantidades de energÃa: la luz y el calor que permiten, entre otras cosas, la vida en la Tierra. Y es justamente la radiación que brota del corazón del Sol la que contrarresta el peso de sus capas más externas. Radiación versus gravedad: un delicado empate de fuerzas que mantiene viva nuestra estrella.
Registrado: 16 Mar 2007 Mensajes: 191 Ubicación: 40º57'N 4º7'O
Publicado: 29 Abr 2007 00:27Asunto:
Siempre es bonito, repasar la historia de la estrella que más queremos. Sus orÃgenes y su conformación actual, bajo otro punto de vista, aunque con la misma base. Con un toque cariñoso.
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