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La NASA ha propuesto el estudio conceptual de una misión espacial propulsada por energía nuclear hacia el planeta Neptuno y sus satélites, para desentrañar algunos de los misterios concernientes a los planetas gigantes lejanos y su formación. Esta visión futurística es un estudio de planificación llevado a cabo por un grupo de expertos dirigidos por Boeing Satellite Systems, la Universidad de Idaho, de Michigan, el Southwest Research Institute, el Instituto Tecnológico de Georgia, el JPL y la propia NASA. El proyecto, de gran complejidad tecnológica, podría culminar dentro de treinta años...

La NASA ha lanzado varias sondas a los planetas Júpiter y Saturno (Pioneers, Voyagers, Ulysses, Galileo y Cassini) y estudia la posibilidad de enviar aún más, entre ellas la JIMO (Jupiter Icy Moons Orbiter, que sería la primera misión propulsada por energía nuclear), aunque este último proyecto aún está en fase de diseño y estudio. Si bien todas estas sondas han servido para obtener información importante acerca de las propiedades físicas y químicas de estos mundos, el conocimiento de los planetas Urano y Neptuno es aún muy escaso en comparación con el de sus compañeros gigantes. Por otro lado, hay que considerar el hecho de que Neptuno es un cuerpo tan frío que su estructura es diferente a la de Júpiter o Saturno.

Según el Profesor Paul Steffes, perteneciente al Instituto Tecnológico de Georgia: «Debido a que se encuentran a gran distancia, Urano y Neptuno representan reliquias que contienen más materia de la nebulosa protosolar condensada para formar planetas. Neptuno es de hecho un planeta más puro, menos influenciado por el material cercano al Sol y que ha sufrido menos colisiones con cometas y asteroides, de tal modo que éste constituye un cuerpo más representativo del sistema solar primordial que Júpiter o Saturno.»

Si se lanzase una misión para explorar este mundo distante entre 2016 y 2018, la sonda alcanzaría el planeta en torno al año 2033. Esta misión serviría para incrementar el entendimiento científico de la formación de nuestro Sistema Solar, así como de otros sistemas estelares.

Pero el equipo de la misión no sólo está interesado en explorar el planeta Neptuno, sino también sus satélites, haciendo especial hincapié en Tritón. Los científicos creen que Tritón es un cuerpo del cinturón de Kuiper (objetos de hielo que se sitúan en las regiones exteriores del Sistema Solar). Basándose en los estudios realizados hasta la fecha, los investigadores creen que Tritón no se formó a partir de los materiales de los que está constituido Neptuno -algo que sucede con varias lunas de nuestro Sistema Solar- sino que fue capturado accidentalmente por la gravedad de dicho planeta, quedando en órbita en torno al mismo.

«Tritón debió formarse a gran distancia, en el espacio. Incluso se puede asegurar que no es un pariente cercano de Neptuno, sino que se podría considerar como un niño adoptado... Creemos que los objetos del Cinturón de Kuiper como Tritón fueron claves en la evolución del Sistema Solar, de ahí que haya tanto interés en visitarlos.»

Imagen: Neptuno y Tritón fotografiados desde la distancia por la Voyager 2, en 1989. [Ampliar imagen]

Aunque una misión hacia Neptuno conllevaría grandes dificultades y desafíos técnicos -incluyendo el diseño de una sonda de reentrada, el desarrollo de instrumental científico y de un sistema de telecomunicaciones-, los investigadores han mostrado un plan de trabajo para la Neptune Orbiter with Probes (Orbitador de Neptuno con sondas). Los responsables de este proyecto han presentado su propuesta en la reunión anual de la Unión Geofísica Americana, en diciembre de 2005. Los aspectos principales del plan son el lanzamiento de una sonda hacia a la órbita terrestre mediante un cohete tradicional de propulsión química, pero que emplearía la propulsión nuclear para impulsarse en el espacio -un tipo de tecnología actualmente en desarrollo en la NASA, dentro del Proyecto Prometheus.

Debido a la considerable cantidad de instrumental científico que puede transportar la sonda y la energía que se obtiene mediante la técnica de la propulsión nuclear, esta misión hacia Neptuno constituye una buena promesa de cara a realizar descubrimientos científicos. La sonda constaría de un orbitador y varios vehículos de reentrada que emplearían sensores eléctricos y ópticos para estudiar la naturaleza de la atmósfera de Neptuno hasta alcanzar los 100 bares de presión, mientras que otros intentarían efectuar un aterrizaje suave sobre la superficie de Tritón. Concretamente, la misión obtendría datos sobre la proporción de elementos químicos -incluyendo isótopos- con respecto al hidrógeno, así como las características de sus campos magnético y gravitatorio; también se investigaría la dinámica de la circulación, meteorología y química atmosférica. De Tritón, por otra parte, se obtendría información sobre su atmósfera y geoquímica en puntos cercanos a los criovolcanes que se localizan en su superficie.

La atmósfera de Neptuno sería investigada in situ empleando tres sondas lanzadas en diferentes latitudes -una en la zona ecuatorial, otra en una latitud intermedia y la tercera en una región polar- similares a la que transportaba la Galileo para estudiar in situ la atmósfera de Júpiter. Los diseñadores de la misión son conscientes de las dificultades de este proyecto, sobre todo teniendo en cuenta que la atmósfera de Neptuno absorbe las ondas de radio que emitirían las sondas de descenso. El equipo de la misión está actualmente trabajando para averiguar hasta qué profundidad podrían descender estas tres sondas mientras obtienen -y emiten- sus datos científicos.




fuente: astroenlazador
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Con tantas Galaxias con miles de millones de estrllas asuves con mieles talves millones de planetas u objetos orbitando. (ESTAMOS SOLOS?)