La pregunta no solucionada por la astronomÃa hasta hace muy pocos años es cuantas de los miles de millones de estrellas que pueblan el Universo tienen su corte de planetas invisibles a nuestros ojos. Al formarse las estrellas a partir del gas y el polvo interestelar; ¿se condensan siempre núcleos de materia más pequeños en forma de planetas o se necesitan condiciones especiales de modo que nuestro Sistema Solar serÃa relativamente raro ?
La detección de planetas orbitando otras estrellas mediante luz visible serÃa muy difÃcil. Los planetas no poseen luz propia, y la poca luz que reflejan serÃa anulada por el resplandor de la estrella alrededor de la cual giran. Pero si miramos por un telescopio con el que podemos observar luz infrarroja podrÃamos detectar cuerpos opacos. Todo cuerpo que tenga una temperatura superior al frÃo del espacio emite cierta radiación en el infrarrojo (es el mismo funcionamiento de un radar militar pero con un fin que tiene como objetivo final encontrar vida y no destruirla).
La gran esperanza hace unos años era el Telescopio Espacial Hubble y no se hizo rogar, una nueva imagen compuesta de la región central de la Nebulosa de Orión se convirtió en algo más que una linda astrofotografÃa. Astrónomos de la Universidad de Houston, Texas y del Instituto de AstronomÃa de Alemania han detectado discos de gas y partÃculas rodeando a 160 estrellas vecinas. Las estrellas más jóvenes de la nebulosa. El mÃnimo de masa de cada disco está entre un tercio y 730 veces la masa de nuestro planeta, no lo suficiente para formar un sistema solar como el nuestro, pero algunos astrónomos creen que esos discos son hoy más masivos. El mosaico armado por O´Dell con las imágenes del Hubble cubre 2,5 años luz de diámetro con una resolución capaz de encontrar estructuras tan chicos como la distancia que separa a Plutón del Sol (cosa que no es pavada teniendo en cuenta que la Nebulosa de Orión está a 1.500 años luz de nosotros).
Beta Pictoris, a 56 años luz de la Tierra posee un disco 10 veces más grande que nuestro Sistema Solar ( aunque su grosor no supera los 600 millones de kilómetros ) donde se encuentra uno más interno con un radio comparable a la distancia de Marte a nuestra estrella. En aproximadamente 10 millones de años este material del disco se disipará, es el tiempo que tendrán los posibles planetas para formarse.
Van Biesbroeck 8 es una estrella roja muy pequeña, con una masa inferior al 10 % de la del Sol, que se encuentra a 21 años luz. Pertenece a un sistema solar quÃntuple y órbita en torno a dos pares de estrellas, Wolf 692 y Wolf 630, dos binarias que a su vez giran un par alrededor del otro. El movimiento de la estrella Van Biesbroeck 8 ha sido estudiado durante los últimos 25 años en el Observatorio Naval de Washington, y un equipo dirigido por Robert Harrington, ha informado a informado de una oscilación periódica. Aparentemente un compañero invisible, con una masa superior a la de Júpiter girarÃa alrededor d esta estrella una vez cada 12 años terrestres a una distancia de dos Unidades Astronómicas
Otro caso interesante lo representa Gamma Cephei donde se detectó una variación de 25 metros / seg.; en la velocidad radial de esta estrella. Las variaciones ocurren con un periodo de 2,7 años terrestres lo que serÃa el periodo orbital de un planeta de dos veces la masa de Júpiter. De 16 estrellas observadas por los astrónomos Bruce Campbell y Gordon Walker (los que estudiaron a Gamma en la constelación de Cefeo) 7 mostraron similares variaciones de entre los 20 m / s. Por suerte, la historia tiene en los últimos años, caminos más ciertos y sumamente prometedores.
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