Más tarde, hace aproximadamente 150 años, comenzó a utilizarse la frase "Una vez cada Luna Azul...", que quiere decir raro, casi nunca, quizás incluso absurdo. Se trata de una manera popular de decir "no muy a menudo".
Esta frase antigua no era utilizada en un sentido astronómico, pese a lo que muchos piensan y por lo tanto no tiene nada que ver con lo que actualmente se conoce como una Luna Azul, definida como la segunda Luna Llena durante un mes calendario.
En realidad, esta definición de Luna Azul es una mala interpretación de una definición anterior que establecÃa como Luna Azul a la tercera Luna Llena que ocurre en una estación del año que tenga cuatro Lunas Llenas.
Debido a que la órbita de la Tierra no es circular, las estaciones tienen distinta duración y, según esta definición, es más probable que una Luna Azul ocurra en Primavera o Verano del hemisferio Norte, puesto que son más largas.
La Luna Azul definida como la tercera Luna Llena en una estación con cuatro Lunas Llenas,
Normalmente los meses tienen solamente una Luna Llena, pero ocasionalmente es posible ubicar dos Lunas Llenas en un mismo mes. Esto sucede, en promedio, cada dos años y medio.
El mes de julio ya tuvo una Luna Llena el segundo dÃa del mes. La siguiente, del 31 de julio, fue por definición una Luna Azul.
La última vez que se produjo un fenómeno similar fue el 30 de noviembre de 2001. Tendrán que pasar 3 años para que el 30 de junio de 2007 vuelvan a coincidir dos Lunas Llenas en un mismo mes.
Hay 1,200 meses calendarios en un siglo y en el mismo perÃodo hay, en promedio, 1,237 Lunas Llenas. La diferencia es el número de Lunas Azules en un siglo: 37, o una cada 2.72 años.
Las Lunas Azules ocurren en intervalos de dos años y 7, 8, 9 ó 10 meses. En resumen, tan sólo el 3 por ciento de las Lunas Llenas son Lunas Azules.
Adicionalmente, cada 19 años hay uno que tiene dos meses con Lunas Azules. Esto ha sucedido en 1961, 1980 y 1999. La próxima vez en que un año tenga una doble Luna Azul será en 2018.
A los años que se encuentran libres de una Luna Azul se les llama metódicos, por el astrónomo griego Meton que estudió hace 2,000 años los ciclos lunares.
Los meses que tienen el mayor número de Lunas Azules son, como es lógico, aquellos que tienen 31 dÃas. Los ganadores, por asà decirlo, son octubre, agosto y julio.
Como dato curioso, cuando la Luna Azul aparece en octubre, siempre es en la noche de Halloween, el 31 de dicho mes, lo que sucederá cinco o seis veces en este siglo.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA produce los modelos matemáticos para los movimientos orbitales del Sol, la Luna y los planetas. Estos modelos se utilizan, indirectamente, como base para los cálculos de la Luna Azul.
Éstos son muy exactos entre los años 1800 y 2100, pero su exactitud disminuye cuando la fecha se extiende más lejos en el pasado o el futuro.
Como la Luna gira en forma de espiral lentamente lejos de la Tierra, su velocidad angular está disminuyendo. Esto se llama desaceleración de marea. Asciende a cerca de 25 segundos de arco por siglo, pero no sabemos la figura exacta, asà que no podemos calcular la longitud de la Luna en su órbita con certeza absoluta lejos en el futuro.
Hay otro problema: la Tierra en sà misma, ya su el Ãndice de rotación no es constante.
Por el año 7000, el fórmula cuadrática predice que la diferencia entre los dos calendarios será de 24 horas.
Una Luna Azul no es realmente azul. La fecha en que ocurre una Luna Llena, en sà misma, no tiene ningún efecto sobre el color de la Luna. La del pasado 31 de julio fue de un color gris perla, como siempre. Sin embargo…
Hubo un tiempo, no hace mucho, cuando la gente veÃa lunas azules casi todas las noches. Lunas llenas, medias lunas, cuartos crecientes, todas eran azules, excepto algunas noches, cuando eran verdes.
Eso sucedió en 1883, el año en que explotó un volcán en Indonesia llamado Krakatoa. Los cientÃficos comparan su estallido con el de una bomba nuclear de 100 megatones. A 600 kilómetros de distancia, la gente escuchó un ruido tan fuerte como el de un cañonazo. Columnas de cenizas se elevaron hasta los lÃmites de la atmósfera terrestre. Y la Luna se volvió azul.
La clave para que aparezca una Luna azul es tener en el aire muchas partÃculas ligeramente mayores que la longitud de onda de la luz roja, que es de 0.7 micrones y que no existan de otros tamaños. Esto es raro, pero a veces los volcanes expelen nubes de ese tipo, tal como sucede con los incendios en los bosques.
Si cualquiera de esos incendios produce ceniza o humo aceitoso que contengan muchas partÃculas de un micrón, la Luna Azul puede ser azul.
Con mayor probabilidad, sin embargo, será roja. Las nubes de ceniza y polvo lanzadas hacia la atmósfera por los incendios y las tormentas generalmente contienen una mezcla de partÃculas con un amplio espectro de tamaños. La mayorÃa son menores a un micrón y tienden a dispersar la luz azul. Esta clase de nubes hace que la Luna se vuelva roja; de hecho, las Lunas Azules rojas son mucho más comunes que las Lunas Azules azules.
[u][u]¿Absurdo? SÃ, pero de eso se trata con las Lunas Azules, de voltear la vista al cielo e interesarnos aunque sea un poquito por la AstronomÃa
Puede publicar nuevos temas en este foro No puede responder a temas en este foro No puede editar sus mensajes en este foro No puede borrar sus mensajes en este foro No puede votar en encuestas en este foro